Rodolfo Serrano

     Hace algo más de un año, tuve la suerte de conocer a Rodolfo. Fue en el estudio mientras terminábamos de grabar ¿Quién eres tú? Recuerdo perfectamente la impresión que me dio, aspecto de buen tipo, afable, campechano y de sonrisa clara. Unos meses después, volvimos a encontrarnos en una presentación del último poemario de mi querido y admirado Pablo Guerrero, desde entonces hemos compartido amistades, charlas y algunas sobremesas.

     A estas alturas no voy a descubrir nada que no se sepa de él, por todos es sabido que es un gran profesional. Tanto en sus artículos como en sus poemas es capaz de reflejar la realidad de una forma nítida, de expresar sentimientos con precisión de cirujano y desnudar con cada palabra todos los rincones, por profundos que sean, del alma humana.

     Os dejo un poema de Rodolfo que publicó en su blog (www.rodolfoserrano.blogspot.com) hace un par de semanas para que lo degustéis como se merece, como si de un buen vino se tratase.


Recuérdame (Rodolfo Serrano)

Recuérdame tú ahora, hazme vivir
en el instante aquel en que reías
y, tierna, perseguías por mi espalda
el deseo y la vida, el latigazo
de mi cuerpo en tu cuerpo y la certeza
de saber que los cielos estallaban
en tu pecho y tus piernas y en tus ojos.

Recuérdame tú ahora que estoy triste,
que me muero cada vez que oigo tu nombre,
que te busco por mares de naufragios
y por tierras extrañas y otros cuerpos.
Recuérdame, mi amor, cuando la hora
de tantas sueños rotos hoy se cumplen.
Es el instante de la melancolía.

Sálvame del olvido irremediable.
Sálvame del silencio de tu boca.
Ya no sé si me añoras o si buscas
cada noche mis sueños y me muerdes
en estos labios fríos. O tan solo
soy para ti el polvo de los años,
suave roce perdido en viejos calendarios.

Pero, ahora, precisamente ahora,
en esta noche infame en que te lloro,
yo daría la vida que no tengo
porque, aunque fuera muy de tarde en tarde,
te llegara mi nombre y sonrieras.