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sábado, 29 de octubre de 2011

Sad Waters de Nick Cave


Hola a todos, en esta ocasión he elegido una canción de Nick Cave que me encanta. Se trata de Sad Waters que abre el disco "Your funeral... my trial" de 1986, aunque mi versión preferida es esta, la que aparece en el dvd "The abattoir Blues Tour", mucho más sencilla pero en mi opinión también mucho más acertada.



Down the road I look and there runs Mary

Hair of gold and lips like cherries

We go down to the river where the willows weep

Take a naked root for a lovers seat

That rose out of the bitten soil

But sound to the ground by creeping ivy coils
O Mary you have seduced my soul
Forever a hostage of your child's world



And then I ran my tin-cup heart along

The prison of her ribs

And with a toss of her curls

That little girl goes wading in

Rollin her dress up past her knee
Turning these waters into wine
Then she platted all the willow vines



Mary in the shallows laughing

Over where the carp dart

Spooked by the new shadows that she cast

Across these sad waters and across my heart

miércoles, 26 de octubre de 2011

Tom Waits - Bad as me



Ya tengo en mi poder el nuevo disco de Tom Waits. A estas alturas, los que me leéis habitualmente ya debéis conocer mi predilección por el bardo californiano. Su nuevo disco es una auténtica maravilla. En mi opinión, vuelve a inventarse a sí mismo, e incluso, a utilizar nuevos matices en esa voz tan suya, tan rota, tan genial. Os invito a que lo escuchéis con calma y lo disfrutéis como se merece. ¡Salud!


martes, 4 de octubre de 2011

Caen los ojos de la tarde

Caen los ojos de la tarde
con su alborada de silencio y nieve.
El estío cohabita con el invierno
en este anochecer lento
de palabras y barro.

Las criaturas insomnes nacen
de entre los escombros,
de la lluvia dormida,
de la luz crepitante del cielo
derramada en las aceras.

Parece como si el lento ir y venir de las gentes
hiciese reír a los rascacielos,
que hastiados desde su tribuna de oro,
golpean la techumbre de los días,
agrietando mi garganta.

Perfilada queda la oscuridad que habita
dentro del pecho de los hombres,
tantas veces, depredadores de sí mismos,
marchitas hojas de un árbol muerto,
varado en el frío asfalto.

Hoy más que nunca me duele el mundo.
Me busca su felicidad anhelante, sigue mis huellas, 
pero no le permito acercarse a más de un paso.
Me he prometido ir a su encuentro,
tal vez mañana.