Palabras, sólo palabras... Nada nuevo puedo ofrecerte
que la tinta sepa explicar.
Déjame a cambio regalarte nubes blancas,
déjame hacer camino y dedicarte hora tras hora,
mañana tras mañana.
No quiero darte nada que el fuego destruya,
nada que desfigure el agua,
tan solo compartir el rastro que dejó
la sombra del día y de la madrugada.
Déjame hacer que la tristeza sólo sea un recuerdo,
un lejano recuerdo que de niña olvidaras.
Te regalaré el agua de todos los mares inquietos
con su manto de espuma
y para velar tu sueño dejaré 30000 silencios escritos
en la noche pentagramada.
No quiero darte nada que el fuego destruya,
nada que desfigure el agua.
Muy bueno.
ResponderEliminar¿Tienes proyectado convertirlo en canción?
Un abrazo
Mª Dolores
Muchas gracias Mª Dolores, en principio no, aunque nunca se sabe. Un abrazo.
ResponderEliminar"nada que desfigure el agua": qué magnífico verso final.
ResponderEliminarHe cruzado un puente hasta tu nueva orilla. Yo también he estrenado blog este mismo noviembre, como tú; te invito a que lo visites: INTERVALOS.
Soy Anaís Trigo. Nos conocimos a través de myspace, y te vi en directo en una sala de Madrid.
Toda la suerte del mundo para tu andadura musical. Y este abrazo.
Hola Anaís, muchas gracias por tus palabras y por la suerte. Visitaré tu blog. Mucha suerte para ti también. Un abrazo.
ResponderEliminarPrecioso Jorge. Ponle música!!
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Xana!
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